Rosa Montero: “Aquel que lee un libro lo reescribe”

10.10.2014 22:26

    “Los bibliotecarios son héroes anónimos. Y considero que es un gran error y un verdadero escándalo cómo se está desmantelando la base del tejido cultural de este país”. Con estas palabras, Rosa Montero, cómplice y simpática con sus lectores, quiso cerrar su intervención tras el turno de preguntas, para después proceder con una larga firma de ejemplares que precedió a la comida de hermandad celebrada el pasado sábado con motivo del IV Encuentro de Clubes de Lectura que tuvo lugar en el Polideportivo Municipal de Grado. No se despedía en ese momento, pero sí que de alguna manera cerraba su locución ante los micrófonos, remitiendo a una imagen que había descrito al comienzo de la mañana. “Cuánta fe hace falta en la vida y en el ser humano para leer y para escribir”, había dicho. Y había recordado aquella famosa fotografía tomada en Londres en 1940, tras unos bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. En el retrato se puede ver una biblioteca medio derruida por las bombas. Únicamente las estanterías permanecen en pie, con los libros perfectamente alineados. Mas sobre los escombros, tres hombres consultan algunos ejemplares, aparentemente ajenos al terror que les rodea: “En mitad del Apocalipsis, en medio del caos, la serenidad de los tres hombres leyendo es la prueba de la fe y la esperanza en un mundo nuevo. Leyendo luchaban contra Hitler, contra el horror. Y gracias a eso somos humanos”. La imagen de aquella biblioteca salvaguardando lo que nos califica dentro del reino Animalia sobrevoló todo el encuentro. Al igual que una idea: allí donde hay un lector hay una biblioteca.

Más de quinientos lectores

La cuarta edición de estos Encuentros tuvo lugar el pasado sábado, día 4 de octubre. A las 11 de la mañana, los más de quinientos participantes iban ocupando sus asientos en las gradas del Polideportivo de la villa moscona, con sus libros bajo el brazo y en la mano el marcapáginas diseñado para la ocasión por Andrés Alonso Moutas. Lectores de Grado, Cangas del Narcea, Carreño, Castrillón, Castropol, Colunga, Gijón, Gozón, Langreo,  Lena, Llanera, Mieres, Navia, Oviedo, Pravia, Siero, Tineo y Valdés se reunían en torno a una de las escritoras con mayor proyección del panorama literario español, confirmando esa vocación de la biblioteca pública como lugar de encuentro donde se comparten ideas y experiencias de trascendencia vital... 

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